Congreso higiénico pedagógico
El presente escrito trata sobre las cuestiones expuestas en la reunión
del Congreso Higiénico -Pedagógico de 1882, donde se presentaron y discutieron
algunas de las problemáticas educativas de esa época.
No basta poseer los conocimientos cultivados en los planteles de
instrucción para satisfacer las exigencias de la vida social; es preciso
también gozar de buena salud sin la cual la vida es una desgracia y el trabajo,
medio de bienestar, una carga. Por esto importa la educación tienda a
perfeccionar todos los aparatos del niño, aunque es verdad que no todos
necesitan igual cuidado.
Como resultado de la labor emprendida por los ministros Díaz Covarrubias
y Pérez de Tagle en materia educativa, el consejo superior de salubridad convocó
en enero de 1882 a un congreso higiénico pedagógico para estudiar y revisar los
problemas teóricos y prácticos de la educación. El congreso concluyó sus
sesiones en julio de ese mismo año, las cuales muestran un creciente interés
por la educación. Según Castellanos (1905, p. 56) el congreso higiénico
pedagógico cierra el periodo de la evaluación escolar desde 1870, y representa
los ideales de toda una generación de maestros, en busca de las doctrinas
plenamente desarrolladas de los países europeos.
En éste congreso se abordaron cuestiones como las condiciones higiénicas
indispensables que debía llevar una casa destinada a realizar las funciones de
una escuela, el modelo de mobiliario escolar idóneo, las características que
tendrían los libros o los útiles, a fin de que no se altere la salud de los
niños, el método de enseñanza que daría mejores resultados sin comprometer la
salud de los niños, la distribución de los trabajadores escolares, en atención
a las edades de los educandos, los ejercicios que deberían practicarse para
favorecer el desarrollo corporal de estos y las precauciones que deberían
tenerse en cuenta para evitar la transmisión de enfermedades en las primarias.
La higiene es el conjunto de medidas preventivas para conservar la
salud, la cual se ha convertido en un componente esencial de nuestra vida
cotidiana y escolar pero ésta, no fue siempre bien atendida con el interés que
se merece en las instituciones educativas.. Al percatarse de la importancia que
ésta tiene en el desarrollo íntegro del ser humano; el congreso higiénico
pedagógico comenzó a tomar medidas pertinentes para la salud infantil, estas
son principalmente higiénicas preventivas.
Esta reunión fue importante porque mostró el interés del Estado y la
sociedad ante la salud de los escolares, y porque todas sus propuestas se
llevaron a cabo, si bien no de manera inmediata. En el México de finales del
siglo XIX no fue un hecho aislado, sino que coincidió con la reglamentación de
la higiene en todos los espacios privados o públicos, y con una preocupación
internacional por la prevención de las enfermedades de la niñez. En este
estudio histórico, se revisaron básicamente fuentes primarias: periódicos
médicos de la época y las memorias manuscritas del Congreso.
Las preocupaciones educativas expresadas en la época se resumen en los
siguientes puntos:
Higiene escolar no atendida con el interés que se merece.
La educación exclusivamente intelectual sin atender el desarrollo
corporal por medio de la higiene.
Los educandos permanecen varias horas del día por lo que éste aire se
vicia.
Garantizar la pureza de la atmósfera en las instalaciones.
Nutrición: se puede mencionar la importancia que deben tener los
alimentos, su limpieza y preparación dentro de la escuela, por lo que un niño
bien nutrido tendrá un mejor desempeño escolar, además de que tendrá reforzada
sus defensas, ya que por los malos hábitos alimenticios pueden ocasionar varios
desordenes y enfermedades como la anemia.
Cuidar de la temperatura: es un factor importante en el sentido de
cuando esta llega a los extremos los niños no logran un buen desenvolvimiento
en las clases, de ahí la importancia de tener en cuenta el clima del lugar para
tomar las medidas pertinentes en la infraestructura escolar.
Vigilar la orientación del establecimiento escolar: se buscaba que la
escuela se encontrará alejada de lugares que amenacen la salud integral del
niño como: industrias, basureros, mercados. Sin dejar atrás la situación
topográfica en el que se encuentra la escuela porque son eminentes los peligros
que tienen los niños, por lo que se debe evitar que se encuentren en zonas de
alto riesgo.
Las condiciones de los locales que se destinarían al establecimiento de
la instrucción primaria:
Escasez de luz: esto ocasiona que los niños se esfuercen demasiado a la
hora de leer y escribir, ocasionado problemas en su vista como la miopía.
Sumando los problemas que presentan los turnos vespertinos por esta carencia.
En solución a esto, se ampliaron las ventanas para tener mayor iluminación y a
su vez se logró mayor ventilación, que era otro problema que se presentaba en
las escuelas, ya que los niños se sentían sofocados.
Mobiliario escolar: es indispensable que estos sean adecuados para los
alumnos, ya que si se encuentran en mal estado o forma no apta para ellos, ya
que pueden ocasionar lesiones físicas que aun pueden conservar en edad adulta;
de igual forma es importante darles un buen mantenimiento y limpieza para
mantenerlos en buenas condiciones y perduren más tiempo, así mismo ubicar
correctamente el mobiliario.
Libros y materiales didácticos: para que los niños tengan un buen
desempeño escolar, es importante prestar atención en cada uno de los materiales
que se utilizan en las clases, de las cosas que toma mayor importancia es en el
color y tamaño de los caracteres, ya que algunos colores pueden atrofiar la
vista de los infantes, provocando miopía o algún otro trastorno de la vista.
Métodos de enseñanza: El maestro debe enseñar
a los alumnos el habito de la higiene tanto personal como de su alrededor,
algunas de las formas en cómo enseñarle estos métodos seria con el propio
ejemplo del profesor además de realizar actividades de limpieza y mantenimiento
en las instalaciones en conjunto con los niños y si es posible también con la
familia de los menores para que así tomen en cuenta el habito de la higiene en
su vida cotidiana.
Distribución de trabajos y ejercicios gimnásticos: en esta fecha se ha
demostrado que el exceso de tareas perjudica en la salud mental de los niños,
en este sentido se debería ser más consciente y ver la forma de dejar meno
trabajos pero enfocarse en el producto de clase en donde se vea que quede bien
comprendido. Por lo que se recomienda elaborar actividades cooperativas que
sean más apropiadas para desarrollar su intelecto físico y mental. Además de
que eso, apoyaría al niño en su crecimiento y su interacción social, esto haría
de ellos una persona realizada plenamente. Además de que eso asegura su salud,
puesto que se visto de que el ejercicio, es un buen recurso para prevenir enfermedades.
Enfermedades contagiosas: las instituciones escolares se han dado a la
tarea de hacer campañas de prevención de enfermedades contagiosas que suelen
ser muy comunes en estos lugares, algunas de las enfermedades más comunes son
estas: tifoidea, cólera y brucelosis; estas enfermedades son altamente
contagiosas y se debe al descuido de los alimentos (mala higiene, no hervirlos,
procedencia dudosa) dengue, gripe, varicela, conjuntivitis, sarampión; estas
padecimientos son virales o bacterianas que se dan por un punto de reunión
amplio como nuestra sociedad por agentes externos
Educación moral: dentro de este punto, podemos mencionar que la forma
más efectiva para prevenir tanto enfermedades como también asegurar que los
niños aprendan buenos hábitos de higiene, sería por medio de platicas, clases
formativas, tanto para los alumnos como para los padres y la sociedad en
general haciéndoles ver la importancia que tiene su higiene personal como la de
la vivienda y de la sociedad.
Médicos y maestros ante la higiene en las
escuelas
La higiene escolar en México —en tanto tarea de la profesión médica
vigilada por el Estado— tiene su origen en el Congreso Higiénico Pedagógico, el
cual se reunió enla capital del país en 1882.El Consejo Superior de Salubridad
—en ese momento, la máxima autoridad en materia de salud— convocó al congreso
el 18 de enero de 1882, y el 21 de ese mes,tuvo lugar la sesión inaugural del
mismo, la cual estuvo presidida por Carlos Diez Gutiérrez, titular de la
Secretaría de Gobernación, de la cual dependía el Consejo de Salubridad.
La reunión tenía como objetivo mejorar la salud de los escolares,
aprovechando tanto los avances de la pedagogía como los de la higiene; y se
proponía resolver: qué condiciones higiénicas debía llenar una casa destinada
para establecimiento de instrucción primaria; cuál era el modelo de mobiliario
escolar que, siendo económico, podía satisfacer mejor las exigencias de la
higiene y que por lo tanto debía preferirse; qué características debían
tenerlos libros y demás útiles para la instrucción, a fin de que no alteraran
la salud de los niños; cuál era el método de enseñanza que daba mejor
instrucción a los niños sin comprometer su salud; cuál debía ser la
distribución diaria de los trabajos escolares de acuerdo con las diferentes
edades de los educandos, y qué ejercicios debían practicar éstos para favorecer
el desarrollo corporal; qué precauciones debían tomarse en estos
establecimientos para evitar entre los niños la trasmisión de las enfermedades;
qué requerimientos debía satisfacer una cartilla de higiene para las escuelas
de instrucción primaria, y qué medidas serían más a propósito para obtenerlas.
Para discutir cada uno de estos puntos se nombraron comisiones mixtas, es
decir, integradas por médicos y maestros. El Congreso tuvo una subvención
estatal de30 pesos mensuales, y sesionó de enero a diciembre de laño 82. Su
presidente fue Ildefonso Velasco, también presidente del Consejo Superior de
Salubridad.
Ya el Reglamento del Consejo, del 14 de julio de 1879, había dado a ese
organismo sanitario la autoridad para vigilarlas condiciones higiénicas de las
escuelas. Por otro lado, con el fin de uniformar la enseñanza elemental e
introducir reformas a los establecimientos de instrucción, se formó, también en
1882, una Academia de Pedagogía, integrada por los profesores municipales de
uno y otro sexo. Sin embargo, las profesoras no tuvieron cabida en el Congreso
Higiénico Pedagógico, pues la mayoría de los médicos y maestros votaron contra
su posible participación.
Por entonces, gran número de escuelas se localizaban en vecindades, al
lado de caños abiertos o depósitos de basura; los escolares padecían afecciones
que los hacían débiles y raquíticos; y muchos alumnos asistían a clases cuando
tenían algún padecimiento, por lo que era frecuente que otros contrajeran ahí
tuberculosis, tifo, viruela u otras enfermedades infecto-contagiosas. En esa
época, las defunciones de menores de 15 años, representaban más del 50% de la
mortalidad general.
El último objetivo del Congreso era tener generaciones vigorosas,
capaces de trabajar y defender a la nación. Se debatió en el Congreso y se
llegó a acuerdos sobre la orientación que debían tener las escuelas (este,
noroeste),los materiales de la construcción (sólidos, ligeros, refractarios a
la humedad y malos conductores del calor), las condiciones de los salones de
clase (bañados por la luz natural directa a la que se consideraba agente
poderoso para conservar y aun para restablecer la salud de los niños, bien
ventilados y dotados de agua), el espacio que debía estar destinado a cada
alumno (1.50 m2 de superficie y de 4.50 a 5 m de altura). También, sobre la
existencia de gimnasios, la construcción de inodoros, los ejercicios corporales
que podrían realizar, y los libros en que deberían estudiar. En las discusiones
en torno a la orientación de las escuelas, se cuestionaba que las decisiones no
eran objetivas, pues la orientación propuesta no era compatible con el trazo y
dirección de las calles de la capital. Algunos decían que había que pensar en
las condiciones reales del país; pero otros, que se trataba de plantear cómo
sería una escuela modelo de acuerdo con los criterios científicos. Fundamental
para la higiene fueron las medidas sugeridas para evitar la trasmisión de las
enfermedades contagiosas, fueran éstas febriles, como tifo, varicela, viruela, sarampión,
escarlatina, angina diftérica y croup; o no febriles, como estomatitis
ulcerosa, cremosa o algodoncillo ,tosferina, oftalmías purulenta y catarral,
sarna, tiñas, sífilis, epilepsia y corea. Se acordó, en las primeras, impedirla
asistencia de los niños a la escuela; en las segundas, poner a los alumnos
enfermos retirados del resto de los compañeros y a su espalda para que no
fueran vistos. Cuando un alumno sufriera un ataque convulsivo —de epilepsia, de
histeria o cualquier otro—, se le retiraría inmediatamente de la clase y se le
conduciría a otra pieza, donde no se permitiría la entrada a los demás niños.
Se buscaba ampliar la intervención de los médicos en el ámbito de la
escuela: el Congreso pidió al gobierno que nombrara el número suficiente de
médicos inspectores de la higiene escolar, quienes vigilarían que se cumpliese
todo lo aprobado por la asamblea. También se pretendía ampliar la influencia
del médico fuera de la escuela: todo niño, al ingresar a un establecimiento de
instrucción, debería presentar un certificado médico donde constara que estaba
vacunado, que no padecía enfermedad contagiosa alguna y que era apto para los
estudios. Se sugirió que los niños fuesen auscultados por el oculista antes de
entrar a la escuela. Por otro lado, a todo niño enfermo sele exigiría el
certificado de un médico, en el que se estipulara que estaba sujeto al
tratamiento conveniente. Todas estas propuestas se llevarían a cabo más tarde.
Aunque se aclaraba que no era tarea del Congreso dictar los programas de
estudio sino únicamente fijar las condiciones higiénicas de la enseñanza, los
delegados opinaron que la salud de los niños resultaría perjudicada si se les
abrumaba con conocimientos. Proponían como materias que los niños debían
estudiar: lecto-escritura, aritmética y lecciones sobre objetos comunes,
conocida como miscelánea. Luego se incluyeron: nociones de lenguaje y de
ciencias, moral y ejercicios musculares; también la higiene. Para algunos
miembros del Congreso, con la higiene del cuerpo y del alma, se desarrollarían
las facultades físicas, intelectuales y morales de los educandos.
En las actas no queda clara la argumentación, pero algunos delegados
proponían que para evitar ciertos males se atrofiaran determinados órganos.
Decían que en el alma había tendencias buenas y malas, y que si cada una de
ellas correspondía a ciertos órganos, había que desarrollar los que albergaran
a las primeras, y atrofiar los que fueran residencia de las últimas. Al abordar
los métodos de enseñanza, el Congreso discutió acerca de la disciplina en los
centros educativos; este tema dio lugar a fuertes debates. Para algunos delegados,
el castigo corporal —medio más generalizado entonces de procurar dirigir la
conducta de los educandos— era tanto irracional como inmoral, y proponían en su
lugar la disciplina de las consecuencias, que consistía en hacer comprender al
niño que su acción tenía una consecuencia, que sería su castigo. Pero, para
otros, abandonar el castigo físico era equivalente a minar la escuela, el
hogar, y las bases del orden y de la moralidad en que descansaba la sociedad;
proponían reglamentar el castigo, más no eliminarlo. Finalmente, se llegó a una
propuesta conciliatoria de ambas posiciones.
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