ANTECEDENTES DE LA ESCUELA RURAL
La educación en México ha
pasado por diversas etapas, a partir de la época prehispánica. Desde entonces,
hasta la época actual, las escuelas se han visto diferenciadas, en mayor o en
menor medida, por género, clase social, ubicación (rural, urbana o
semi-urbana), ideología (dogmática, socialista, popular), por el tipo de financiamiento
que reciben (pública o particular), de acuerdo con el tipo de organización
(unitaria, bi-docente, comunitaria). La escuela rural surge como una respuesta
del Estado Mexicano ante el elevado índice de analfabetismo en el país, representado
principalmente por la población rural, a fines del siglo XIX.
Algunas experiencias
exitosas de escuelas rurales en México y el mundo, comparten un aspecto: la
necesidad imperiosa por satisfacer la realidad inmediata de los alumnos, por lo
cual, dependiendo de las circunstancias de la población atendida, se desarrollan
estrategias que convierten a la educación rural en una herramienta útil y dinámica
para la vida cotidiana.
2.1 Las primeras escuelas
rurales en México
La escuela rural mexicana
es una experiencia educativa que se ubica en los inicios del siglo XX; sin
embargo sus antecedentes están en el siglo anterior, en el mundo
Occidental, que por efecto
del desarrollo de sus fuerzas productivas había entrado en una etapa de
transformaciones profundas, lo cual también influyó en los países con poco
desarrollo.
Muchos de los
intelectuales del siglo XIX pensaron sin duda en una escuela como la escuela
rural mexicana, particularmente los maestros participantes en los congresos pedagógicos
de 1889 y 1891. Algunas de las comisiones ya hablaban de “escuelas rurales,
maestros ambulantes y colonias infantiles” también hablaban de una Escuela
Primaria de Instrucción
Superior, pero era sólo a nivel de propuesta.
La creación de escuelas
rurales se dificultó por la oposición de caciques locales que durante el
Porfiriato dominaban la vida económica y social de las comunidades, y a quienes
no convenía que los habitantes de aquellas regiones adquirieran conocimientos y
reclamaran por las condiciones de explotación en que vivían y por el despojo de
sus propiedades. A fines del siglo XIX la situación educativa del país se encontraba
en serios conflictos, con una población eminentemente rural y un analfabetismo
del 85%.
La educación para la
población del campo estaba presente en “los planes políticos más importantes
como el de San Luis, el de Ayala, el famoso decreto del Plan de
Guadalupe…” (Solana 1982).
Sin embargo, es en la Constitución de 1917 en donde surge un proyecto de
educación que llega al pueblo, a la sociedad en general y especialmente al
sector campesino: la escuela rural.
El proyecto educativo de
José Vasconcelos, primer Secretario de Educación (1921-
1924) impulsó la escuela
rural en México que surge por iniciativa del Departamento de
Cultura Indígena con la
idea de enviar a maestros misioneros que debían recorrer el país para localizar
a las comunidades que requerían atención. Posteriormente se optó por preparar
maestros monitores, es decir, jóvenes de las mismas comunidades para que se
desempeñaran como profesores bajo la orientación de maestros. Estas escuelas se
empezaron a llamar Casas del Pueblo, en las que un maestro atendía todos los
grados, posteriormente conocidas como escuelas rurales. Se les llamó así tratando
de reflejar la estrecha relación de la escuela con la comunidad.
La escuela rural mexicana
se puede definir como lo escuela del pueblo, ya que surge como una demanda de
la población mayoritaria del país. Los maestros que participaron en esta obra
fueron muchos; sin embargo, sin disminuir el mérito de ninguno, se puede
mencionar además de Vasconcelos, a Rafael Ramírez Castañeda,
Moisés Sáenz Garza y
Narciso Bassols García.
La escuela rural mexicana
realizó una obra eminentemente social, al ofrecer a niños, jóvenes ya adultos
una preparación con elementos curriculares; promovió además actividades
prácticas como técnicas de cultivo, crianza de animales domésticos, prácticas
de higiene, se convirtió en el centro de divulgación ideológica.
Las comunidades impulsadas
por la escuela rural alcanzaron un mejor desarrollo porque se promovió la
fundación de nuevos centros de población, se ampliaron las áreas de las casas
habitación y de los centros de higiene, se realizaron campañas de salud e higiene, se instruyó sobre técnicas de
conservación de alimentos, se propició la participación de la comunidad en
festivales y deportes.
2.2 La
educación rural mexicana en la actualidad
En las últimas décadas,
las opciones educativas de nivel básico para la población rural en edad escolar
han sido:
- Cursos Comunitarios a
cargo del Consejo Nacional de Fomento Educativo
(CONAFE), entidad del
gobierno federal que atiende a niñas, niños y jóvenes que viven en las
comunidades más pobres y apartadas del país que no disponen todavía de escuela
debido al reducido número de habitantes. El servicio educativo se ofrece a
través de instructores comunitarios que imparten enseñanza equivalente al nivel
preescolar, primario y secundario. Este servicio educativo es atendido por
jóvenes que han cursado hasta el nivel de secundaria o bachillerato y que
reciben una beca para continuar sus estudios como incentivo por su participación
en este programa.
Los programas educativos
del CONAFE son diseñados considerando las diversas características culturales,
sociales, económicas y escolares de las comunidades para adaptar la enseñanza a
sus necesidades específicas. En ese contexto se inscriben las modalidades de
Educación a Población Indígena y el Modelo Educativo Intercultural para
Población Infantil Migrante.
- Escuelas Multigrado.
Modalidad educativa que se ubica en comunidades rurales e indígenas en las que
hay por lo menos diez niños en edad escolar..La escuela multigrado implica la
presencia de un profesor para atender dos grados o más en un mismo grupo. Las
escuelas multigrado en el país representan alrededor del
50% de los planteles de
educación primaria y atiende cerca del 15% de la población escolar7.
Entre los aspectos que
afectan la calidad educativa en las escuelas multigrado se encuentran: fuerte
irregularidad del servicio, tiempo reducido de clases en la jornada escolar,
insuficiente dominio en la estrategia de enseñanza, prácticas centradas en la
repetición y mecanización, poco aprovechamiento de los recursos educativos
disponibles, y débil vinculación pedagógica con los padres de familia8.
- Escuelas rurales de
organización completa.
Son planteles que
funcionan de la misma manera que las escuelas urbanas de educación básica, es
decir, cuentan con docentes para cada grado. En el caso de la secundaria, cada
una de las asignaturas está a cargo de un profesor.
- Telesecundarias. Brindan
a los grupos de jóvenes de las comunidades rurales que han concluido su
educación primaria la posibilidad de continuar y concluir su educación básica.
Para ello cuentan con espacios educativos, materiales, equipo informático, uso
de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En estos espacios se
cuenta con un profesor de cada grado, el cual realiza su función apoyado con
una programación transmitida por EduSat.
De acuerdo con los
resultados más recientes de evaluaciones educativas nacionales e internacionales,
son las escuelas rurales las que presentan más bajos niveles de logro académico.
Esto hace evidente la desigualdad de oportunidades educativas y la necesidad de
desarrollar nuevas opciones que promuevan la equidad y garanticen la calidad de
la educación básica para niñas, niños y jóvenes de las comunidades rurales.
2.3 Modelos
alternativos de educación rural en México y el mundo
Existen en la actualidad
algunos modelos de educación rural que han tenido éxito en
México y en otras partes
del mundo.
Uno de los propósitos
comunes a estos modelos de educación rural es ayudar a la mejora sistemática de
las condiciones y oportunidades de vida de las zonas rurales, así como
erradicar la pobreza a partir de las opciones educativas, por lo cual se han tomado
en cuenta las especificidades tanto políticas y económicas como culturales, de las
distintas poblaciones. Otra constante que comparten la mayoría de estos modelos
es la incorporación del saber popular y la tradición cultural de las
comunidades en la metodología pedagógica de la escuela.
El CEIP en México
En el caso de México un
modelo alternativo exitoso corresponde a la experiencia del
CEIP, Centro de
Integración Popular, que es un modelo de educación dirigido a poblaciones
marginadas, por lo que es aplicable en ambientes rurales y urbanos. Este modelo
incluye la educación inicial y preescolar para atender a niñas y niños cuyas madres,
la mayoría de las veces, trabajaban en zonas urbanas.
El CEIP trabaja con una
metodología centrada en tres momentos igualmente importantes para el
aprendizaje del niño: el trabajo individual, el trabajo en equipo y el de la
comida y el juego. El material didáctico con el que se cuenta, en su mayoría es
elaborado a mano, y se fundamenta en una metodología que retoma elementos del sistema
Montessori y de otros enfoques como los estudios de Piaget.
El modelo facilita la
exploración, respeta en todo momento el interés del niño así como su ritmo de
aprendizaje; es él quien guía su propio proceso y la educadora sólo lo apoya y
facilita. Con esta manera de aprender, el niño también conoce y ejerce sus derechos,
aprecia la manera de vivir de su familia y su comunidad. Las educadoras son
mujeres de las mismas comunidades, capacitadas por un equipo académico externo
que le da seguimiento al programa hasta
que este equipo de madres educadoras logra ser
independiente.
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